miércoles, 11 de noviembre de 2015

París se parece mucho a ti.



París se parece mucho a ti.

Por Luis Enrique Cruz Villada

¿Por qué no visitar juntos París en Invierno?, déjame sorprenderte una vez más y otra y otra más, sin importar el cómo te pueda encontrar, para mí siempre te verás hermosa, pudiendo estar en vestido de noche y tacones o en pijama y toda despeinada, ¿Qué más da?

Vuelve a robarme un beso como hoy, prometo resistirme lo suficiente para dejarme vencer al instante siguiente, y es que si supieras como con tus labios me haces volar...

Amo la forma de mis manos en tu cintura, ahora entiendo que su propósito era el encajar ahí.

¿Tu mirada?, para mí siempre ha de llamarse “Noche de otoño en parís”.

Supongo que París se parece mucho a ti, que el cauce del Sena bien podría amoldar a tu cintura y que su bóveda estrellada se asemeja mucho a tus ojos, que andar por sus calles sería como el recorrido de mis manos en tu espalda.

Si…ahora que lo pienso París se parece mucho a ti.

lunes, 12 de octubre de 2015

Carta para la sonrisa más bonita del mundo





Carta para la sonrisa más bonita del mundo.

Por
                 Luis Enrique Cruz Villada             

¡Qué maravilla son sus labios!, su encantadora forma de reír, si exquisita y atrevida manera de besar.

Cuan suaves son sus manos, cuan hipnotizaste la forma en que se posan en mi brazo.

Y qué decir de la constelación de su piel, mil lunares por contar, ¡vamos!, no tengo prisa en llegar al final, y si acaso pierdo la cuenta… ¡encantado vuelvo a comenzar!

Déjeme perderme en su mirada, y encontrarle entre aquella multitud, justo frente a los pasteles que decoran la ciudad.

¿Panditas rojos?, ¿la nostalgia de las tardes de estos días?, ¿helado y coca cola?, No importa cuál sea el tema, por favor no deje de hablar, ¡concédame el honor de hacerle sonreír!

Cuan embriagante resulta su aroma, delirante la forma en que mi mano amoldo en su cintura, ¿amoldará  entre los huecos de sus dedos?

Casi son las 7: 30, el tren no tarda en partir. Asalte mis labios con sus besos una vez más.

Hasta pronto, escucho de su voz…quiero volver a verle, deje a nuestros labios salir y encontrarse una vez más.

Toma mi mano, bailemos…no tengas miedo, prometo aprender y no desentonar, no salir de tiempo… prometo no pisar.



lunes, 7 de septiembre de 2015

Pequeña Niña Hermosa


Pequeña Niña Hermosa

Por Luis Enrique Cruz Villada.


Lléname desde la mirada a la punta de los pies.

Amóldame a mis dedos entre los huesos de tus manos, a mis brazos a la forma de tu cintura y de ti.

Llévame de las tardes de lluvia a nuestra obsesión por el café.

Déjame probarte, de una paleta de hielo a un beso robado antes de las diez.

Guíame a través de todos tus lunares, de uno en uno, de diez en diez, mi mapa hacia tus labios a través de tu piel.

Condúceme por tu infinito a través de tus temores, ven pequeña niña hermosa, enciende de mi mano la luz, no hay nada a que temer.

Súrcame en tus labios, acompáñame en tu soledad. Levanta tu copa, brindemos el aroma de tu cuello, de tu piel.

Cuéntame una historia, baila conmigo a tu compás.

Té helado de frambuesa para sorprenderte, una taza de café para arrullarte.

No soy ni cuento cuentos de hadas. 

Quiero componerte nota a nota. Enséñame a tocar el piano, a escribir tu melodía sobre las líneas de tu piel.


Detén mi tiempo, paraliza una vez más el mundo…habla una vez más aquí en mis labios.

Tienes razón, que bonita pareja somos.




miércoles, 2 de septiembre de 2015

Pequeña "Señorita Adler"



Pequeña “Señorita Adler”

Por
 Luis Enrique Cruz Villada.



Ven Cariño, acompáñame en este insomnio, quiero respirarte una vez más.

Recuéstate en mi pecho, déjame prepararte café, ¿o prefieres una copa de vino?

Déjame besar tu sonrisa, una de esas que me encantan, que día a día me hacen soñar,

Entrégame tu mirada, mi reflejo en cada uno de tus ojos.

Toma mi mano, la otra amolda en tu cintura, baila conmigo, no importa cuantas veces nos pisemos.

Te obsequio la lluvia de esta noche, las estrofas de Oceransky, todo a cambio del aroma de tu piel.

No cures mis adicciones, tarde o temprano van a volver, conviértete en una de ellas, nada mejor me podría suceder.


Déjame contar uno a uno tus lunares, aún cuando fuesen más de mil… no tengo prisa en terminar.

lunes, 17 de agosto de 2015

Luciérnaga



Luciérnaga.

Por Luis Enrique Cruz Villada.


Quédate esta noche, abrázate a  mi insomnio y déjame leer tu piel, que las cicatrices me cuenten tus historias.

Pues bien, yo te obsequio mis historias, regálame a cambio tus sonrisas.

Te obsequio las tardes de lluvia y un café, obséquiame “Te lleno de caricias” recostada en el lado izquierdo de mi pecho.

Te obsequio mis madrugadas, contemos mil luciérnagas alumbrando el firmamento.

Regálame las flores que habitan tu piel, te obsequio la esencia del café que habita en mí.

Te obsequio mis palabras, entrégame tus labios, en cada beso tuyo las quiero oír.

Entrégame tus manos, guíame por tus mares, olvida el reloj, el sol y  el calendario,  olvida que mañana debemos levantarnos.

Entrégame  tu espalda, déjame escribir mis labios.

Regálame tu insomnio, sus marcas bajo tus ojos;  te obsequio mis caricias, mis dedos para tus Luciérnagas contar. 

martes, 11 de agosto de 2015

Bienvenida



Bienvenida.

Por Luis Enrique Cruz Villada.

¿Perdiste tu sonrisa acaso?, ¿Qué son esas marcas oscuras en tu espalda?, ¿Acaso cicatrices?

Ven, entra, estoy preparando café y por tus labios sé que, como yo, eres amante de él. Disculpa el desorden, he sido un poco descuidado.

Te confesare que últimamente ansió mis insomnios, los has estado acompañado tú.

Escuchas a Oceransky, ¿me acompañas en esta pieza?, si, sé que “Como un ladrón” no se baila, pero vamos, ¿Quién está aquí para impedirlo?

Chica de ideas multicolor, deja que tu cabello baile suelto con nosotros, no temas, aún si pierdes hoy el equilibrio, mi mano en tu cintura te sostendrá.

¿Te apetece un tinto?, por favor permíteme sorprenderte, siéntate un segundo, te veo rendida.

Ríe, tus marcas oscuras se irán, dime que he logrado robarte una sonrisa y este insomnio valdrá la pena.

Un cuento, “piojito” y un abrazo, la noche acaba de empezar. Déjame leer tu historia, alúmbrame esta noche…


Bienvenida, no veo la hora de empezar.