Luciérnaga.
Por Luis Enrique Cruz Villada.
Quédate esta noche, abrázate a mi insomnio y déjame leer tu piel, que las
cicatrices me cuenten tus historias.
Pues bien, yo te obsequio mis historias, regálame a cambio tus
sonrisas.
Te obsequio las tardes de lluvia y un café, obséquiame “Te
lleno de caricias” recostada en el lado izquierdo de mi pecho.
Te obsequio mis madrugadas, contemos mil luciérnagas alumbrando
el firmamento.
Regálame las flores que habitan tu piel, te obsequio la esencia
del café que habita en mí.
Te obsequio mis palabras, entrégame tus labios, en cada beso
tuyo las quiero oír.
Entrégame tus manos, guíame por tus mares, olvida el reloj,
el sol y el calendario, olvida que mañana debemos levantarnos.
Entrégame tu espalda,
déjame escribir mis labios.
Regálame tu insomnio, sus marcas bajo tus ojos; te obsequio mis caricias, mis dedos para tus Luciérnagas
contar.