NUNCA PREGUNTASTE...
Por Luis Enrique Cruz Villada
¿Acaso te preguntaste si iba a estar bien sin ti?, ¿si
no me iba a doler?, ¿si acaso no te iba a extrañar?
¿Cuántas veces me has tratado de olvidar?, quizá
tantas como yo.
Y es que no puedo llegar a casa sin sentir que algo
hace falta, que la luz que antes ahí habitaba se apagó, se extinguió, he
incluso llegado a pensar que quizá la casa es demasiado grande para mí.
Que le haces falta a mis brazos, a mis labios, tanto
que mi mente juega conmigo y me hace creer que llegaras por la tarde y me
besarás, preguntándome como estuvo mi día.
Le haces falta al sofá, a mi ropa que me pregunta
porque ya no cubre tu piel, y a mi cuerpo que me pregunta porque ya no tiene tu
aroma en él.
Y es que muero por decirte que te extraño, que mis
manos me claman tu cintura en ellas, que mi cuello pide a grito que lo vuelvas
a besar.
Pensaste que sería lo mejor, que marcharte me iba a
hacer bien, que todo iba a seguir como si nada.
Se te olvido que a diario extrañaba tus risas, que no
había momento que no estuvieras y que no me sintiera desesperado, ansioso.
Que a pesar de mi mal carácter, mis malos ratos… siempre
arrancabas de mis labios un TE AMO.
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