JUNTO AL SENA
Por Luis Enrique Cruz Villada.
Bailar
contigo junto al Sena, sentarme junto a ti en una habitación con vista a la
torre Eiffel.
Tres
acordes en el piano, unos cuantos más en la guitarra, juegos de palabras y mis
labios perdiéndose en los tuyos.
Tenerte
entre mis brazos bajo la lluvia y sentirme el hombre más rico del mundo.
Sentir
tu esencia entre las páginas de mis
libros, tu sabor tan firme como el
cuerpo de mi café cada mañana.
Llorar
con lágrimas de cielo por poder acariciarte y tener tus manos abrazándome, como
pidiendo que no me marchase nunca.
Escuchar
una canción, repetirla mil veces en el piano, tanto como desearía hablarte y
decirte que te amo.
Tomarte
de la mano y caminar por la orilla del mar, sentirme con la fuerza de un huracán,
la fragilidad de una gota de agua, teniéndote a mi lado.
Creyendo
en los deseos y en los milagros, pedirte por siempre a mi lado al soplar las
velas de mi pastel de cumpleaños.
Tú
aroma en mi chamarra, en mi almohada, tu voz resonando en las paredes, tu
mirada clavada en cada rincón.
Recostada
en el piano viéndome tocar, en mi pecho mientras te leo una historia, un típico
cuento de hadas.
Un
almuerzo de tostadas quemadas, destrozar juntos la cocina, terminar riendo en
el piso de la sala, un beso, heme aquí, ¡soy tuyo!
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