sábado, 16 de marzo de 2013

“LLEVO TANTO CARIÑO QUE QUISIERA NO EXISTIR”







“Llevo tanto cariño que quisiera no existir”
Por Luis Enrique Cruz Villada


Llegue a casa la otra noche, estaba muy silenciosa, ya es costumbre que este así.

Mi plan era llegar, poner la cafetera, darme un baño y pasar un buen rato leyendo, escuchar al maestro Malo o al maestro Ornelas quizá, y disfrutar de un buen café.

Subí a mi recámara y como si fuera un imán me acerque al armario y saqué la caja de mis recuerdos (esto me sonó a secundaria sinceramente), empecé a ver todo lo que tenía ahí y me topé con una carta que me escribiste al mes de haberte conocido.

Nunca espere lo que vino a continuación, una oleada de recuerdos impresionante, fue algo increíble, cada momento a tu lado, cada beso que recibí de tus labios, tu piel con aroma a coco.

Me vino a la mente una frase tuya, "llevo tanto cariño que quisiera no existir", me puse a pensar en ella y por lógica en ti.

Por nostalgia, más que por otra cosa, puse un cd de esa época, empezó con la canción "Quien te dio permiso", del maestro Ornelas.

Recordé el vídeo que te hice una vez, ¿Lo recuerdas?, ¿Puedes creer que aún lo guardó?

¿Quién imaginaría lo que empecé a extrañarte?..., ¿Será que después de tantos años aún conservas el mismo número?, tratare de localizarte, no, no esta noche, los recuerdos me pusieron nostálgico.

 ¿Quién lo diría?,  hasta mi café me hizo recordarte… esa frase tuya que me inspiró, esa vez que me dijiste "tus labios saben a café"


¿RECUERDAS?



¿Recuerdas?
Por Luis Enrique Cruz Villada



¿Recuerdas nuestro primer beso bajo la lluvia?, ¿tus gestos porque no te agrado el sabor fuerte y amargo del café que bebo por las mañanas?

¿Recuerdas la tarde recostados en el pasto, escuchando al maestro Oceransky decirle a alguien “Vuelve”, una tarde de finales de Julio o principios de Agosto?

¿Recuerdas nuestros momentos juntos en las bibliotecas?, entre palabras y caricias, el sueño me invadió en tus brazos.

¿Recuerdas las cartas y nuestro diario?, ¿Recuerdas cuantas veces me pediste que dejara de fumar?

¿Recuerdas cuantas veces declare ser entera y únicamente tuyo?

Y es que contigo no necesitaba mostrar cuan fuerte y seguro soy, simplemente lo era.

Recuerdas que estando a tu lado  te decía –¡Carajo!, contigo, ¿Quién quiere el paraíso?

Y con esto me quedo yo, con la poca ropa que dejas en el closet, tu perfume en la estantería del baño, un libro que dejaste en el estudio…

Me quedo con la nostalgia que llega con las tardes de lluvia y los recuerdo que acompañan una taza de café…