Por Luis Enrique Cruz Villada
LLEGUE TEMPRANO A CASA, A MI HOGAR, ESE DEPARTAMENTO EN COYOACAN QUE, A LOS SEIS MESES DE HABERTE IDO, DECIDÍ HABITAR TRATANDO DE OLVIDARTE.
DEJE MIS COSAS EN LA MESITA CERCA DE LA ENTRADA, EL PERRO SE ACERCÓ MOVIENDO LA COLA, CREO QUE TAMBIÉN SE RECUPERÓ, EMPECE A DAR VUELTAS POR LA COCINA, LA SALA Y EL COMEDOR, EMPECE A ABURRIRME, ASÍ QUE DECIDÍ IR A CAMINAR UN RATO, TOME MI CARTERA, EL TELÉFONO Y LAS LLAVES Y VOLVÍ A SALIR.
EMPECE A CAMINAR, LA TARDE ESTABA SUMAMENTE DELICIOSA, RECIÉN HABÍA LLOVIDO Y LA TIERRA DESPRENDÍA ESE AROMA TAN AGRADABLE A HUMEDAD Y QUE TANTO SUELE GUSTARME.
VI A PAREJITAS CAMINAR DE LA MANO, SONRIENDO, BESÁNDOSE, EN UNA BANQUETA, SENTADOS, ESTABAN UNA PAREJA DE VIEJITOS, CUANTA TERNURA ME DIERON... QUIEN DIRÍA QUE ALGUNOS MESES ATRÁS, ESO BASTABA PARA HACERME LLORAR.
Y CASI DE LA NADA DECIDÍ IR POR UN CAFÉ (CREO QUE ESO NO HA CAMBIADO MUCHO, SALVO POR EL HECHO DE QUE YA SABE A CAFÉ Y NO A AGUA CARGADA SOLAMENTE) ASÍ QUE ME ENFILE HACIA LA CAFETERÍA BOHEMIA QUE ME LLAMO LA ATENCIÓN DESDE LA PRIMERA VEZ QUE LA VI.
ENTRE Y VI ALGUNAS MESAS, VEINTE COMO MUCHO, SOLO CINCO ESTABAN OCUPADAS, ELEGÍ LA QUE ESTA PEGADA AL VENTANAL, SE ACERCO LA MESERA Y DESPUÉS DE DUDARLO UN SEGUNDO PEDÍ UN CAFÉ IRLANDÉS.
DE PRONTO VOLTEE Y VI A UNA MUJER SUMAMENTE HERMOSA, NO SABRÍA COMO DESCRIBIRLA, ESTABA SENTADA CON LA VISTA FIJA EN SU COMPUTADORA Y LA MANO OCUPADA EN SOSTENER LA TAZA DE CAFÉ, SUS OJOS SE PERDÍAN DETRÁS DE SUS ANTEOJOS, QUE REFLEJABAN LA LUZ DE LA PANTALLA.
TOME UN PERIÓDICO QUE ESTABA SOBRE LA MESA Y EMPECE A "HOJEARLO", AUNQUE EN REALIDAD, MIRABA DISIMULADAMENTE AL SITIO DONDE SE ENCONTRABA ESA MUJER.
LA MESERA SE ACERCO CON MI CAFÉ EN LA CHAROLA, HABÍAN PUESTO MÚSICA PARA AMBIENTAR, ORNELAS FUE LA PRIMERA VOZ QUE ESCUCHE CANTAR.
-SUELE VENIR LOS VIERNES Y SENTARSE EXACTAMENTE EN LA MISMA MESA SIEMPRE, PIDE UN CAFÉ NEGRO DESCAFEINADO Y SUSTITUTO DE AZÚCAR SIEMPRE.
LA MIRE, ENTRE SORPRENDIDO Y EXTRAÑADO, COMO UN NIÑO AL QUE SORPRENDEN TRATANDO DE HACER ALGUNA TRAVESURA.
DESPUÉS DE DUDARLO POR ALGUNOS MINUTOS Y LIBRAR UNA BATALLA INTERNA ENTRE ACERCARME Y NO HACERLO, TOME MI TAZA Y ME LEVANTE DE LA SILLA DISPUESTO CUANDO MENOS A DECIRTE HOLA.
JUSTO EN ESE MOMENTO SONÓ LA CANCIÓN DE OCERANSKY QUE TANTO SOLÍA GUSTARME, SOBRE TODO LA PARTE QUE DICE: "NO SOY UN ÁNGEL"
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